se presentará proyecto para regular la contaminación acústica en Canelones...
En el mundo del consumo actual, se ha convertido a la sociedad en una tolvanera donde convergen, en completa desarmonía y distorsión, los sonidos que producen la naturaleza y el hombre. Es que, el medio ambiente acústico, a partir de la segunda mitad del siglo XX, principalmente, en las urbes, se ha polucionado de tal manera que, los habitantes de las mismas, sufren las consecuencias físico-sanitarias de este fenómeno que se ha dado en conocer como la “contaminación acústica”.
En nuestro país, la ley 17.852 sobre “Prevención, Vigilancia y Corrección de las Situaciones de Contaminación Acústica” de 10 de diciembre de 2004, viene a instalar un marco regulatorio, estableciendo normas que involucra el accionamiento de las distintas autoridades estatales, en la adopción de políticas ambientales tendientes a mejorar la calidad de vida de todos.
Al mencionar ese interés superior que es “la calidad de vida”, es dable citar parte del Informe que en el marco de “Mercociudades” se dice que: “Para mejorar la calidad de vida de los barrios es necesario que la ciudad se transforme con objetivos de desarrollo sustentable para lograr la máxima calidad de vida dentro de límites de los ecosistemas. Las prioridades las fijarán los propios ciudadanos a través del sistema político y de la sociedad civil. La calidad de vida es un concepto relativo y evolutivo que deben definir los afectados en cada momento en función de necesidades y oportunidades. La sociedad actual requiere cada vez más no solo que le garanticen los derechos humanos, civiles y sociales, sino otros valores colectivos como el derecho a la ciudad y a su sostenibilidad” (extractado del “Diagnóstico de Aspectos Prioritarios en Política de Gestión Ambiental Urbana en la Red de Mercociudades” A.S. Carlos Faggeti, Montevideo, setiembre de 2002).
Por otra parte, en la legislación municipal comparada, podemos encontrar a la vanguardia, los gobiernos departamentales de Montevideo, Tacuarembó y Rivera, que se han preocupado –desde hace algunos años- no sólo en la positivización de esta temática moderna, sino en el establecimiento de planes y programas de prevención y control de la contaminación acústica.
Podemos proporcionar datos científicos que ascienden de estudios recientes señalando que, no sólo afectan a la salud auditiva de hombres, mujeres, niños y jóvenes, esos efectos típicos de la contaminación acústica, sino que trascienden a la sanidad de los órganos del sentido auditivo, pues enfermedades cardiovasculares, estrés o insomnio, son otros flagelos que se presentan con este tipo de polución.
Es menester que las autoridades departamentales de Canelones, concientes de las consecuencias avenidas por este tipo de contaminación ambiental, podamos discutir este proyecto de decreto sustentado en la necesidad de establecer normas que establezcan parámetros, mediante los cuales se respeten determinadas pautas que comulguen con unos criterios técnicos basados en la mejora de la calidad acústica de los locales cerrados, de concentración de público: léase, discotecas, salas de cine, teatros, etc.- En consecuencia, es que se propone, a partir del presente proyecto, la regulación de esta materia habilitando el mecanismo de la persuasión mediante la punición de conductas infractoras a normas departamentales que promuevan la prohibición de la proliferación de ruidos molestos en locales públicos o privados, de ambiente cerrado, o en otros lugares de concentración pública, en los que se violente la normativa nacional y departamental vigente.
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marcelo altieri -