TIEMPO DE REFLEXIÓN, DE ENCUENTRO Y DE PROYECCIÓN...

        Es costumbre occidental, reeditar un tiempo de reflexión, es hora de pasar raya a un año que llega a su ocaso; pero otro alumbra tras el archivo de aquel en la historia. En estos tiempos, precisamente, acuden a nuestras vidas, dos momentos del calendario, que implican recogimiento espiritual, revalorizar ciertas virtudes que se han vuelto, escasas y esquivas. Escasas por cuanto se han constituido en monedas poco corrientes en el “mercado” de las relaciones sociales. Y esquivas, porque cada vez menos se encuentran demostraciones de esas virtudes que fundan determinados valores (hoy devaluados) en la sociedad.      Todo eso implica, las vísperas de Navidad y Año Nuevo. O, mejor dicho, deberían implicar eso. Porque en buena medida, más allá de los buenos deseos trasmitidos hacia el prójimo, a través del envío de tarjetas (tradicionales o electrónicas), entre otras manifestaciones que, dejan deslizar su cariz mercantilista. A esto, se suman otros aspectos que nacen de un mundo plagado por el consumismo y que, de cierta manera, viene a neutralizar toda esa traza que, debe fecundar en nosotros, tanto la Navidad como el fin de un año y el comienzo de otro. Deben estos tradicionales acontecimientos, despertar no ese afanoso apetito consumista sino una actitud de reflexión, de encuentro familiar y entre amigos, al tiempo de constituirse en estos días, una ocasión propicia para la proyección.      

 Claro que, no está demás una copa pensada para un brindis por mejores votos, pero ello no debe significar que esos votos no deben agotarse en meras intenciones. Pues, el desafío es no dejar que esos votos o súplicas no se decoloren con el pasar de las semanas de los primeros meses de un nuevo año, pues todo depende de nosotros. Es que, un granito de arena debemos  proporcionarle, precisamente voluntad y mucho trabajar para que esos votos de prosperidad, de paz, de concreciones, se materialicen.  Por eso es que, alzo una copa junto a Ustedes para que, nuestra sociedad eche un vistazo a esos arraigados valores que la fundan, y que, debemos entre todos, preservarlos y promoverlos.           

 Salud ¡¡Feliz Navidad, próspero año nuevo!!