"Juanicó debería ser más localidad y menos barrio de la capital"

    La localidad de Juanicó cumple en abril 140 años de que con la llegada del primer servicio público: el tren, se instalaba el mojón 0 de su largo proceso fundacional. De todas maneras, hace ya unos cuantos años, ese primer servicio estatal cerró: la Estación de Trenes y pasó a cumplir una función de “casa-habitación” para familias de funcionarios. De Estación a Parada Juanicó. AFE decidió hace, por lo menos, 15 años la desafectación de la Estación Juanicó, en su histórico y fundacional servicio de transporte de carga y de pasajeros, siendo estas tareas un pilar que sustentara, por décadas, el desarrollo y vida del poblado.

   Pasaron los años y la localidad ganó servicios: escuelas públicas, Piquete Policial, luz eléctrica, agua potable, calles de balasto y luego pavimentadas, una Oficina Postal, dos planes habitacionales de MEVIR, saneamiento, una Biblioteca popular, Policlínica, una equipada Oficina de OSE, un Liceo Público y ahora un Centro Cívico (oficina del Municipio de la capital departamental).

   Últimamente, a partir de 2009, con el cierre de la Sub-comisaría Juanicó, se inició un periplo de restricciones o clausura de servicios: hace poco nos enteramos que de los 3 cargos presupuestados que OSE JUANICÓ tenía para cumplir tareas en la zona, cesaron dos por retiro jubilatorio (no siendo llenadas las vacantes) y, al tercero se le asignaron tareas fuera de Juanicó. ¿Consecuencia? Localidad sin oficina funcionando, por tanto, sí existen cortes o averías en la red sanitaria, hay que apelar a mecanismos centralizados del organismo aguatero: a la capital.  

   Misma suerte les corre a los juanicoenses, en materia de seguridad pública. Denuncias y quejas: marche a la capital. Es que, a criterio del actual Jefe de Policía no se justificaría restablecer un destacamento policial en Juanicó, tal como hubo desde 1930.

   También funcionó en Juanicó, hasta hace unos meses una Biblioteca Popular, gestionada la construcción de su edificio, por dos maestras jubiladas, convencidas de la simiente que el libro dona con generosidad a quien acude, para enriquecerse cultural, intelectual y hasta moralmente. Esa dependencia, de impronta comunitaria, albergada en un edificio construido por MEVIR, fue desalojada por mentes “iluminadas” que han llegado a defender el supuesto desplazamiento del libro en manos de la informática. ¿Efecto plan Ceibal? Sí. ¿Una herramienta que ha dañado nuestra arraigada cultura educativa? También. Es indefendible la postura o tesis de la sustitución; debería apelarse a la complementariedad de herramientas educativas, y no, resolver por lo simple: “el libro no se usa, cierro una biblioteca”.

   Se dice que, ese edificio albergará a la policlínica. Ojalá y así sea, y no se vaya en planes y chácharas de la burocracia; pero, ojo al gol, que Juanicó requiere de un Centro de Salud que funcione en un edificio adecuado al servicio que debe prestar.

   Juanicó se ha vuelto una localidad, donde unos pocos valoran el esfuerzo de otros pocos. Donde el vandalismo parece ser la vedette que seduce por las noches y, quiere, apoderarse de los bienes culturales o sociales, para destruirlos, obviamente.

    Una localidad desatendida en gestión ambiental de sus espacios históricos (plaza Dr. Cándido Juanicó, Estación), o espacios deportivos y recreativos (Parque del Complejo Deportivo Juanicó, promovido por la otrora Junta Local de Canelones, construido por la Comuna, pero jamás inaugurado), sus calles tampoco son sometidas a un tratamiento de mejora vial (sólo se hizo una obra nueva sobre la entrada principal, la avenida San Marcos), la vetustez de la red de alumbrado público en el barrio Estación, hace que sus calles pasen varias noches a oscuras.

   Así comienza el año 2012 nuestra localidad, próxima a cumplir su 140° aniversario; cada vez más barrio de la capital y cada vez menos, Villa Juanicó.

 

Dr. Fernando Lúquez Cilintano.-