140 años de la Proclama del Club Nacional: Promueven iniciativa ante el Honorable Directorio
Días pasados (jueves 26 de abril), el ex Representante Nacional (1990-2000) Prof. Agapo Luis Palomeque, el convencional dptal. Raúl Romero Lemos y el ex edil dptal. (2005-2010) presentaron formalmente una iniciativa tendente a la rememoración de la Proclama fundacional de los principios del actual Partido Nacional (7 de julio de 1872), justo cuando se cumplen 140 años de ese importante hecho histórico de la vida del nacionalismo.
A continuación se transcribe parte de la nota dirigida al Presidente del Honorable Luis A. Heber:
"(...)La Revolución de las Lanzas de 1870-1872, gran insurrección rural encabezada por Timoteo Aparicio contra el exclusivismo del gobierno de la época, tuvo como principal consecuencia política, luego de la Paz acordada el 6 de abril de 1872, la institucionalización del derecho de las minorías a participar en el gobierno de la cosa pública.
Retornado el país a la vida pacífica, recomenzó la organización partidaria.
Una convocatoria de La Democracia de 13 de junio de 1872 invitaba a “todos los que simpaticen con el pensamiento del Partido Nacional” a una reunión a realizarse el domingo 16 del mismo mes, en la Barraca Confianza, situada en la calle 18 de Julio frente al Cementerio Inglés. Firmaban 14 ciudadanos en nombre del Club Nacional de la capital, entre los que se encontraban Alfredo Vásquez Acevedo, Francisco Lavandeira (que acostumbraba firmar “Labandeira”) y Agustín de Vedia. En la referida reunión se votó una Comisión Directiva y obtuvieron el mayor número de sufragios (superando los seiscientos) Octavio Lapido, Juan P. Caravia y Juan José de Herrera.
Paralelamente había surgido otro club nacionalista llamado La Juventud, cuya figura principal era Eduardo Acevedo Díaz, y se expresaba políticamente a través del órgano de prensa La República.
Pero fue en el seno de las autoridades del Club Nacional montevideano (debe anotarse que también se formaron clubes con la misma denominación en Canelones y otros departamentos), donde se elaboró formalmente el Programa Partidario, redactado por Agustín de Vedia, que está fechado el 7 de julio de 1872, y fue publicado en La Democracia el 9 de julio de 1872.
En él figuran los principios básicos que por principal impulso del Partido Nacional, el país fue haciendo consagrar en las décadas siguientes: vigencia de las libertades públicas, representación de las minorías, establecimiento de la educación primaria para todo el pueblo; fomento de las enseñanzas agrícola e industrial; organización de una Justicia independiente; gobierno municipal; garantías para la propiedad rural; mejoramiento de las cárceles; responsabilidad de los funcionarios por los daños a los derechos de los individuos; contención del gasto público; abolición de la pena de muerte por delitos políticos… En fin, una formidable serie de innovaciones para un Uruguay de organización embrionaria en el que “todo estaba por hacerse”.
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El Partido Nacional es una colectividad volcada hacia la acción, pero una acción fundada y sostenida por principios. El “Somos Idea…” del escudo no es un puro ornamento sino un ineludible imperativo, que señala que las conductas de todos quienes integran esa colectividad deben orientarse por un ideario.
De ahí la trascendencia de aquella formalización pública del 7 de julio de 1872.
Hasta ese momento la orientación partidaria se encontraba implícita en los grandes ejemplos éticos de los caudillos y de los hombres de Estado. En adelante, la guía estuvo constituida por aquella precisa expresión de principios partidarios, que enriquecida luego por los aportes de grandes dirigentes, constituyó para las generaciones venideras, como se ha dicho, un verdadero “precipitado de jurisprudencia política”.
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Sin perjuicio de otras medidas que oportunamente el Honorable Directorio tenga a bien disponer, nos permitimos sugerir:
- La realización de Ateneos y Mesas Redondas;
- La participación de personalidades de otros partidos;
- La invitación a personalidades del mundo académico argentino, paraguayo y brasileño;
- La concentración de blancos en algún lugar de trascendencia histórica del interior del país;
- La publicación de exposiciones, ponencias y discursos, etc."
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