"La Biblioteca no se usa" (opinión)
Jamás hemos pensado en descuartizar, sustraer o quitar servicios públicos a nuestra comunidad. Al contrario, siempre hemos sido partícipes o impulsores de iniciativas que aporten un “valor agregado” a la localidad, que la empuje al avance, jamás a su retroceso.
Así creció Juanicó. No sólo ahora, sino siempre; desde sus primeros días como localidad. Por la decisión, unión y esfuerzo compartido de sus vecinos, se crearon las escuelas y liceo público de la zona, pero también impulsaron, un colegio privado y una escuela agraria. Lo mismo pasó, con otros servicios y obras públicas (el alumbrado público, el agua potable, etc.) donando siempre –y hasta más de la cuenta- con el sólo afán de que Juanicó creciera en sano desarrollo: y así, hubo desde 1970 una sub-comisaría -hasta hace poco- y no se sabe cuándo regresará a esta localidad dicho servicio estatal.
Décadas más tarde Juanicó, logró dos planes de MEVIR (ahora se gestiona un tercero), una Biblioteca Pública que, lleva su nombre en honor al notable continuador de la obra del Dr. Alberto Gallinal, me refiero al Arq. José Mª Mieres Muró. Dicho centro cultural impulsado, creado y puesto al servicio de la comunidad por dos docentes jubiladas (de forma totalmente honoraria); las que han mantenido sus puertas abiertas a escolares, jóvenes y adultos; un local construido por MEVIR e inaugurado en noviembre de 2000, con el fin específico de enriquecer culturalmente a la comunidad toda, es decir, a todo Juanicó, incluyendo obvia y naturalmente, a los nuevos planes habitacionales.
Así, por casi diez años, la Biblioteca Pública “Arq. José María Mieres Muró” (única en su género y origen en todo el país), ha estado sirviendo a esta localidad; claro está, que, en los últimos tiempos, con enorme sacrificio individual y con el apoyo de la comunidad local.
Quiero detenerme o dedicarle algunas líneas más a una situación que se ha presentado, la concerniente a esta Biblioteca.
Se ha dicho que la misma no se usa. Y si. Es entendible esta situación; máxime cuando la actual educación pública no incentiva, como en otras épocas, la lectura o consulta de libros. Sí. Esa puede ser una buena causa, que tiene connotaciones político-culturales. Ahora el llamado “Plan Ceibal” (que debería ser mejorado en su uso y regulación) cumple un rol fundamental en la educación pública de este país, pero jamás ello debería suponer la abrogación o negación de la didáctica lectura de un libro. ¿O sí? ¿Ese es el nuevo cambio cultural que se nos quiere imponer?
La biblioteca no se usa. Esa es la frase-sentencia que recorre, por estos días, las calles de MEVIR. Este nuevo barrio de Juanicó, que tiene una edad de casi doce años, conformado por dos planes (el primero inaugurado en 1998, y el segundo, dos años más tarde), ha dejado importantes obras sociales –además de un sensible crecimiento demográfico en el Juanicó urbano-, ellas son: el local para el Centro CAIF “Caritas”, el Club del Niño “Granjeritos”, un Salón Comunal, espacios verdes (uno de ellos, sumido en un gran deterioro y magra presentación urbano-ambiental), la Biblioteca Pública “Arq. José Mª Mieres Muró” y, como si fuera poco, dona una fracción de terreno a ASSE-MSP para que se construya en el mismo, una policlínica.
Así, durante más de una década, Juanicó ha venido ganando importantes obras que, sumadas, al saneamiento, la policlínica y el liceo, vendrían a consolidar un período de profundización del desarrollo local. Por eso, desde 1997 y la radicación de MEVIR en la zona hasta 2004, con la creación del Liceo; Juanicó, sonreía al progreso.
Pero se nos replica nuevamente: la Biblioteca no se usa. Y si, eso es una realidad palmaria. ¿Cuáles son las causas de su no uso? Nadie responde al respecto. Se contesta sí, que es necesaria la policlínica. Y eso, obviamente, está fuera de discusión. Por eso, nos hemos sumado, junto a un grupo de vecinos, para gestionar la construcción de un edificio que albergue a la policlínica que desde 2002 funciona en el Salón Comunal, un local que cumpla con las necesidades de cualquier centro de asistencia de salud.
Ahora, en estos tiempos, en que la comunidad viene colaborando, desde las empresas hasta las instituciones, como el Club Ciclista Juanicó que cedió –con mucho gusto- todo lo recaudado de la 7ª Fiesta del Vino, para los fondos que se vienen generando, con el fin de afianzar el éxito de un expediente y sus gestiones llevadas a cabo en ASSE, para la concreción de un sueño local; es que, se pretende “desvestir un santo para vestir otro”, dado que, a alguien se le ocurrió la idea de desalojar o desarticular a la Biblioteca “Arq. José Mª Mieres Muró” para darle albergue a la policlínica, unos dicen que, con carácter provisorio y verter lo recaudado en beneficios como la Fiesta del Vino, en realizar arreglos o modificaciones al local propuesto. A veces, lo provisorio se transforma en permanente. Y ¿qué pasa con el proyecto Policlínica? Volvería a los cajones de algún escritorio de ASSE.
Y la biblioteca no se usa. Pero la población usuaria de la policlínica, poco ha hecho a la hora de sumarse para colaborar en eventos como la Fiesta del Vino, que constó de dos jornadas: la primera de ellas, la tradicional degustación de vinos y, en la segunda, cuyo acceso de público debió ser mayor, tras proponer un nutrido espectáculo a tan sólo $ 20 (como bono colaboración), pero la Sala del Club Ciclista Juanicó, contó con un muy menguado público local (no más de 20 personas), siendo que más de 900 personas conforman la comunidad usuaria de dicha policlínica.
En fin, estas reflexiones pretenden ser un llamado a la conciencia colectiva respecto de qué Juanicó queremos, y promover aquello de que no se debería alterar una planificación ya dispuesta en un ámbito dado en llamar “Coordinadora de Instituciones”; con acciones que incluyen, y no que excluyan. Porque en este caso de la Biblioteca, se ha pretendido que los barrios de MEVIR, excluyan a un servicio cultural que les pertenece a ellos, por ser parte de una comunidad mayor que es, Juanicó todo. Además, no se puede ostentar solamente derechos, sin que éstos también impliquen una correlación con unas determinadas y básicas obligaciones. Y me quedo finalmente, con esa imagen que mi retina ha guardado, cuando de manos del propio Presidente de la Comisión Nacional Honoraria de MEVIR, Arq. José Mª Mieres Muró, las maestras Pilar Sandro y Susana Irusta, en nombre y representación de la comunidad, recibían las llaves de la Biblioteca; imagen que debería ser postal para el mejor recuerdo de Juanicó, localidad que vio, en algún tiempo, correr entre sus campos, a un niño cuyo abuelo supo tener su cabaña ganadera, el Dr. Julio Muró. Décadas más tarde, sería –Mieres Muró- el leal continuador de Alberto Gallinal, mentor y precursor de una de las mayores obras estatales que el Uruguay ha conocido jamás: MEVIR.
¡Lindo homenaje hizo esta localidad en fundar una biblioteca en su nombre y con el afán de tener más preparados y mejores juanicoenses!
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